El Doctor Márquez Maraver, reputado médico pileño con más de 35 años de profesión, es especialista ginecólogo en el Centro de Salud de la Mujer y coordinador de la Sección de Ginecología Oncológica del Hospital Virgen Macarena
El pileño Francisco Márquez Maraver es uno de los ginecólogos más prestigiosos de nuestro país. Tras una trayectoria dedicada a la salud de la mujer, el vecino aljarafeño fue reconocido por el portal Top Doctos Awards como uno de los mejores doctores del año 2022. Además, gracias a su experiencia y dedicación en el tratamiento mínimamente invasivo del cáncer ginecológico, el Doctor Márquez Maraver recogerá el próximo mes de septiembre en Turquía el reconocimiento que le distingue como «especialista en ginecología oncológica» por parte de la Sociedad Europea de Ginecología Oncológica.
Márquez Maraver encontró en el cariño de los suyos, la compasión por los pacientes y la pasión por su profesión su receta personal durante una trayectoria con más de 35 años de experiencia.
En la presente entrevista, el Doctor nos revelará qué hay detrás de su especialidad, sus sacrificios para llegar al lugar que ocupa, sus planes de futuro y su «nación»: Pilas.
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P: Explíquenos el trabajo que usted lleva a cabo dentro de su especialidad.
R: Soy médico especialista en Obstetricia y ginecología con especial dedicación a la práctica quirúrgica de la especialidad para conseguir la prevención, el diagnóstico y tratamiento de las patologías del aparato genital femenino que requieren de la cirugía. Aunque trato todo tipo de patologías, es el abordaje del cáncer ginecológico el que principalmente me ocupa y ha sido y es mi pasión y el objetivo de mi formación.
P: ¿Por qué escogió la oncología y cual fue su objetivo desde que usted se adentró en este terreno?
R: Quizá porque me apasionan los retos y su superación. Pocas patologías son tan retadoras y exigentes de dedicación y formación como lo es el cáncer. Ayudar a una persona que lo padece exige de compromiso no solo profesional sino también en cierto modo de entrega en lo personal para aportarle trabajo y estudio que intente siempre la superación de la enfermedad y, si no se puede, darle el máximo apoyo psicológico y social. Mi objetivo último, por lo tanto, es ayudar a mis pacientes a recuperar su bienestar físico y psicológico sin olvidar su entorno y circunstancias sociales.
P: Según el Top Doctor Awards 2022, usted es uno de los mejores doctores de este país ¿Cuál cree que es su secreto?
R: Este premio me vino caído del cielo y me produjo especial satisfacción en tanto en cuanto que es dado por la votación a través de encuestas de mis compañeros de profesión a nivel de toda España. Les estoy muy agradecido por el reconocimiento. Qué vieron en mi esos amables compañeros es difícil de expresarlo desde mi posición. Mi único secreto es mi trabajo diario y constante no solo en la faceta asistencial sino también en la investigadora y docente o formativa; y siempre sin olvidar al verdadero foco de ese trabajo que no es otro que la persona humana con la enfermedad o en riesgo de padecerla.
P: Imagino que, a la hora de tratar con cada paciente, el factor humano o la empatía es vital, ¿cierto?
R: Me gusta decir que más que empatía, que también, el médico debe practicar constantemente la compasión. Practicar la empatía es fundamental para entender a otra persona pues te permite identificarte con sus sentimientos pero el profesional médico tiene que saber distanciarse de esos sentimientos para tomar con frialdad las mejores decisiones. En ese sentido ser compasivo con el que sufre es sentir esa identificación con ternura pero con la capacidad de actuar ayudándolo efectivamente.
Además esa compasión debe tener un sentido amplio y practicarse no solo con el paciente individual y aislado sino con sus seres queridos, con su entorno familiar y social.
P: ¿Cuántos casos retiene en su memoria?
R: A mi edad y tras mas de 35 años de profesión, imagínese la cantidad de mujeres que he podido ayudar. Podrían contarse quizá por miles. Cada año intervengo quirúrgicamente unas 300 pacientes y atiendo en consultas ambulatorias u hospitalizadas a unas 2500. La memoria del médico cirujano tiende a retener aquellos casos más espectaculares en los que los resultados aunque algunos no fueron todo lo buenos que debieron ser, sea por la causa que sea. El objetivo constante es conseguir con formación y dedicación que sean los menos posibles.
P: ¿Qué ha cambiado en su especialidad desde que entró a este terreno hasta el día de hoy?
R: En el aspecto de la relación médico-paciente el principal cambio es el abandono de la relación asimétrica en la que el médico imponía su criterio con poco respeto a la opinión del paciente. Actualmente, el paciente es el actor fundamental en esa relación y es muchísimo más respetado en su intimidad y autonomía de decisión sobre su propia Salud con exigencia de consentimiento informado para cualquier técnica diagnóstica o quirúrgica que se aplique sobre su cuerpo. En lo asistencial hay que distinguir dos grandes aspectos en la práctica médica: el del diagnóstico y el del tratamiento. Hay infinidad de cambios introducidos en los últimos 30 años. Pero si hay que destacar alguno yo diría que en el aspecto diagnóstico el cambio en la práctica del ginecólogo más impactante fue la introducción de la ecografía como instrumento imprescindible para conseguir la mayor de las precisiones diagnósticas. Antes el ginecólogo se valía de su agudeza en la exploración clínica y poco más. En el aspecto terapéutico y más concretamente en la práctica de la cirugía ginecológica la revolución está representada por la generalización de la mínima invasión referida al uso de la cirugía por vía endoscópica (laparoscópica, histeroscópica o, más actualmente, robótica), requerida de tecnologías avanzadas. Con ella se consigue practicar grandes cirugías, incluso oncológicas, con mínimas molestias para la paciente disminuyendo las complicaciones, menor dolor, mejores resultados estéticos y más pronta recuperación de la vida habitual.
P: ¿Qué futuro estima en relación al tratamiento del cáncer ginecológico?
R: Cada vez se avanza más en el tratamiento personalizado del cáncer en general aplicando una determinada terapia a una persona concreta con un cáncer concreto que se comporta y manifiesta de manera distinta a cualquier otra. Seria algo así como tratamiento “a la carta”. El cáncer ginecológico engloba a muchos tipos de enfermedades malignas según a qué órgano del aparato genital femenino afecte. Así hablamos del cáncer de vulva, del de vagina, del de cuello uterino, del de cuerpo uterino y del de ovario. Cada uno tiene una historia natural, un diagnóstico, un tratamiento y unas posibilidades de prevención distintos. Por ejemplo, se sabe que la causa necesaria del cáncer invasivo de cuello uterino y algunos de Vulva y vagina es la infección del virus del papiloma humano (VPH). Sabida la causa se ha desarrollado las posibilidades de prevenirlo hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud ha decretado como objetivo su erradicación en el futuro mediante programas de prevención primaria con la aplicación de vacunas y el correcto diagnóstico y tratamiento de la enfermedad pre-invasiva e invasiva. Cada vez se practican mejores cirugías basadas en tecnologías de vanguardia como la robótica y los diagnósticos serán más precoces y precisos gracias a mejores técnicas de imagen o de laboratorio, como las biopsias líquidas que serán capaces de hacer el diagnóstico con simples análisis de sangre o de fluidos corporales. También el futuro traerá nuevos agentes quimioterápicos que conseguirán la erradicación de las células tumorales.
P: ¿Cuántos sacrificios tuvo que hacer para llegar al lugar que ocupa?
R: Yo ocupo una humilde posición al servicio a mis pacientes tanto en mi práctica privada en INSEGO como en la sanidad pública en el Hospital Virgen Macarena. Procedo de una familia de clase social más bien pobre y muy honesta. Mis padres, Josefa y Diego, nos inculcaron a mis hermanos y a mi el sentido de la responsabilidad y servicio a los demás así como la importancia del trabajo para conseguir las cosas. En ese sentido nunca rehuí de la dedicación a mi formación y posteriormente a mi profesión por más horas que me requiriese. Aunque mis padres y hermanos me apoyaron siempre, durante mi adolescencia y mi etapa universitaria tuve que simultanear estudio y trabajo para poder seguir con los estudios. Así conseguí ser el primer universitario con carrera terminada de mi familia. Posteriormente forme una familia maravillosa con mi mujer, Paqui, a la que le debo muchas horas y días de ausencia del hogar familiar por estudio o por asistencia en consultas, cirugías o incluso partos atendidos en horas intempestivas. Mis tres hijos, Paqui, Diego Manuel y Pedro Jesús, se convirtieron en el estímulo principal a seguir trabajando desde que aparecieron en mi vida. Pero tengo que recalcar que cualquier sacrificio personal ha merecido la pena si mis pacientes se han beneficiado.
P: ¿Cuán de importante jugó para usted el apoyo y el cariño de sus seres más queridos durante esta travesía?
R: Ha quedado contestada esta pregunta en la anterior. Sin ese apoyo y cariño no soy nada. El tren de la vida va por dos carriles que hay que seguir y mantener bien cuidados si no se quiere que descarrile. Uno es el de la profesión y otro el de lo personal y familiar. Con la práctica y dedicación responsable a mi profesión he procurado cumplir con mi vocación de servicio a los demás. Mi familia es el otro carril al que he procurado cuidar y atender de la mejor manera que he podido. Sin su cariño y apoyo mi vida descarrilaría y se estrellaría en un doloroso sinsentido.
P: Vayamos a sus orígenes. ¿Qué significa para usted Pilas?
R: Pilas es mi “nación”. Mis amigos sevillanos me conocen como “Paco Pilas”. Soy muy nacionalista andaluz pero no en el sentido jurídico del término. No persigo independencias imposibles. Soy nacionalista cultural y defiendo que los andaluces compartimos experiencias históricas, rasgos culturales, creencias colectivas y conciencia de pertenencia a un grupo. Dentro de esa manera de pensar encuadro mi sentimiento pileño. Pilas es mi patria chica, me dio un lugar para nacer y crecer en sus calles y con sus gentes, buenas, emprendedoras y muy trabajadoras. A Pilas, a sus instituciones y a su gente no les tengo más que agradecimiento por todo el cariño que recibo me mueva por donde me mueva de sus calles o plazas y también por la confianza que no pocas mujeres pileñas depositaron y depositan en mi para el cuidado de su salud.
P: ¿Qué sintió el día que la Casa de la Cultura le otorgó un reconocimiento a su trayectoria profesional?
R: Fue para mi quizá el acto público más sublime que he tenido en mi vida. Ese día resumió lo que había sido mi vida personal y profesional. Recordé y agradecí el apoyo que siempre tuve de mis padres, hermanos, de mi mujer, de mis hijos, de mis suegros, de mis cuñados e incluso de mis grandes amigos. Obtuve el reconocimiento de mi gente pileña a través de sus instituciones. Fue algo inesperado que te hace sentir que todo lo que has trabajado, todo el sacrificio que hiciste en tu vida, mereció la pena. Si tuviese que definir con una palabra lo que sentí esa sería el agradecimiento con mayúsculas. Mi alegría era la del niño reconocido y jaleado por su madre. Yo era El Niño contento y Mi Pueblo entero era mi madre,
P: ¿Tiene algún proyecto profesional en mente en el corto-medio plazo?
R: La vida sigue siempre y, mientras estemos vivos, no debemos pararnos nunca. Seguimos al pie del cañón de la práctica en ginecología oncológica con la ilusión de que las pacientes nuestras reciban la mejor y más excelente asistencia al nivel de la que recibiría en el hospital más avanzado del mundo. Acaban de reconocerme a nivel europeo por la Sociedad Europea de Ginecología Oncológica (ESGO, por sus siglas en inglés) con la distinción de “especialista en ginecología oncológica” gracias a mi trayectoria profesional de tantos años dedicados a esa parcela de la especialidad. Recogeré ese reconocimiento a finales de septiembre en Estambul. Eso me sirve de acicate para seguir mejorando los protocolos asistenciales, emprender nuevas líneas de investigación y desarrollar programas de formación para los jóvenes médicos especialistas.
