La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir está estudiando la forma de solucionar el cauce seco del Guadiamar
El camino que recorrerán las hermandades rocieras la próxima romería se encuentra directamente afectado por el estado de sequía que sufre el campo sevillano. Uno de los enclaves más perjudicados por la falta de lluvias es el vado de Quema, situado en el municipio aljarafeño de Aznalcázar. Este lugar acoge cada año a cientos de peregrinos que van a bautizarse con el agua del río Guadiamar, considerado para muchos el Jordán rociero. En la actualidad, este río pasa por dicho enclave totalmente seco, quedando solamente su lecho pedregoso.
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Jinete en el cauce sin agua del Guadiamar // Diario de Sevilla
Esta situación pone en peligro una de las estampas más tradicionales de la peregrinación, en la que la multitud se concentra para contemplar el paso de las 62 hermandades por el vado de Quema, en el que tienen lugar los rezos, cánticos y bautizos en los que los peregrinos reciben distintos nombres relacionados con el camino rociero.
Por tanto, ante la amenaza de que este tránsito no pueda llevarse a cabo como consecuencia de la sequía, los responsables del Plan Romero en la provincia de Sevilla han solicitado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que el Guadiamar tenga caudal para esas fechas, una petición que ya se realizó el pasado año. El objetivo principal es que los animales puedan beber, así como hacer posible el cruce de los peregrinos.
La Confederación explica que el agua vendría del embalse del río Agrio, que está al 70% de su capacidad. Para el mes de mayo se han planteado dos desembalses: por un lado, para la central termosolar que Abengoa posee en Sanlúcar la Mayor, cuya agua no llegaría hasta el vado de Quema; y otro para los agricultores, de la que se beneficiaría el enclave rociero.
Otra opción sería prescindir del paso por dicho vado, algo que ya se ha llevado a cabo en anteriores ocasiones, como en 1998 o en 2016. Además, este año el camino se encuentra marcado por la prohibición del uso de tractores en la Raya Real, debido al elevado riesgo de incendio por las altas temperaturas que se registran desde abril y a la sequía que sufre todo el entorno de Doñana.
